Evidentemente, la intervención del Estado ha sido el principal factor que ha alimentado esta gigantesca burbuja de la educación superior. La barra libre de crédito implementada por la Reserva Federal desde comienzos del siglo XXI aceleró enormemente el crecimiento de la burbuja que ahora empieza a pincharse.
Coincidiendo con el expansionismo monetario de la FED, la deuda universitaria se ha disparado más de un 500%. No obstante, el problema viene de lejos: en realidad, el espectacular aumento de los costes de la educación superior no puede explicarse sin detallar losavales y garantías que las Administraciones Públicas estadounidenses han concedido a los estudiantes.
Las intenciones de esta política eran probablemente nobles, pero el resultado ha sido desastroso. En teoría, la idea era facilitar el acceso a financiación de los estudiantes; en la práctica, lo que ha supuesto esta política es una espectacular inflación de los costes educativos. Como las universidades cuentan con que el Estado respaldará estos préstamos, no dudan en aumentar el precio de sus matrículas año tras año.
Entre el 2000 y el 2012, los préstamos universitarios otorgados directamente por el gobierno se multiplicaron de forma espectacular: pasaron de menos de 100.000 millones de dólares a más de 450.000 en apenas doce años. Desde la llegada del Presidente Obama a la Casa Blanca, el gobierno federal ha profundizado este proceso,multiplicando en más de un 300% el volumen total de créditos educativos concedidos por el Estado.
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