Con el Dow Jones y el S&P 500 alcanzando máximos desconocidos desde el comienzo de la Gran Recesión, poca gente está dispuesta a escuchar las advertencias de quienes ven en esta tendencia un nuevo episodio de exuberancia irracional que precede un nuevo pinchazo. Por supuesto, hacer de aguafiestas nunca está bien visto, pero aún peor es quedarse callado mientras se alimenta una nueva fase de la crisis.
Como bien advirtió David Stockman en el New York Times, “esta nueva burbuja de Wall Street está inflada por un diluvio atroz de dinero falso creado por la Reserva Federal”. El ex director de presupuestos de la Administración Reagan lo tiene claro: “en vez de aplaudir, lo que debemos hacer es tener miedo de lo que puede ocurrir”.
Stockman recuerda que, entre marzo de 2000 y marzo de 2013, el balance de la FED se ha multiplicado por seis mientras el crecimiento económico se ha mantenido en un nivel medio del 1,7%. La inversión real del sector privado apenas avanzó a un ritmo anual del 0,8% durante dicho periodo, y la riqueza de los estadounidenses no solamente no va a más, sino que va a menos.
Uno de cada cinco estadounidenses recibe bonos de ayuda alimenticia. El desempleo oficial sigue en el 8%, y diversos análisis independientes estiman que esta cifra oculta un paro que, en realidad, está por encima del 15%. En palabras de Stockman, “el maná de liquidez no ha llegado a la economía, se ha quedado atrapado en Wall Street y está creando otra burbuja insostenible”.